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RELACIÒN MEDICO-PACIENTE

La atención médica es una forma específica de asistencia, de ayuda técnica interhumana. Como toda relación interhumana implica, en último término, actitudes de solidaridad con un prójimo y actitudes de proximidad, que necesita ayuda, pero una ayuda y una solidaridad especialmente trascendentes, puesto que la enfermedad supone una necesidad, un sufrimiento, que implica al propio cuerpo, a la intimidad de la propia persona.

Las relaciones interpersonales pueden ser de distintos tipos, algunas de carácter superficial y otras de mayor complejidad, como la que tiene lugar entre el médico y su paciente, en la cual el médico en su condición de profesional debe estar dispuesto a brindar su ayuda en forma humanitaria y sensible, pilar sobre el que descansa el nivel de satisfacción de la atención médica.

La relación médico paciente pueden ser clasificada de diferentes formas pero la más utilizada por su sentido práctico es aquella que establece tres formas distintas.

  1. Relación activo-pasiva.

  2. Relación de cooperación guiada.

  3. Relación de participación mutua.

La relación activo-pasiva es aquella que se establece con enfermos en estado de coma, o que se encuentran en una situación que no les permite establecer una relación más participativa, como es el caso del paciente con un edema agudo del pulmón.

La relación cooperativa guiada es la que se establece con pacientes que están en condiciones de cooperar en su diagnóstico y tratamiento, como ocurre en algunas enfermedades agudas (neumonía, por ejemplo) y crónicas como la hipertensión arterial.

La relación de participación mutua, no sólo contempla el cumplimiento del tratamiento, sino el control en discusión frontal de situaciones y actitudes relacionadas con la causa y evolución de la enfermedad.

El médico debe estar consciente que su relación profesional interpersonal con el paciente debe estar caracterizada por:

  • El respeto que inspira su investidura técnica en una profesión de alto contenido social.

  • La expectativa por parte de la población de que manifieste un comportamiento adecuado a su alta responsabilidad.

  • Su condición de piedra angular en la prestación de un servicio de gran significación humana como es promover o restablecer la salud.

  • Demandar una constante disposición a la relación de ayuda sin aspiración de reciprocidad.

  • Requerir del facultativo el planeamiento cuidadoso de cada una de sus acciones para evitar errores de grandes potencialidades iatrogénicas.

En varias investigaciones realizadas por distintos autores donde se exploran las deficiencias cometidas por médicos residentes y estudiantes de medicina se exponen los múltiples errores que se cometen en los distintos aspectos del interrogatorio.

  • Examen físico. Si bien el interrogatorio resulta la etapa que requiere mayor tiempo y dedicación, el examen físico resulta también de suma importancia. Debe tener un orden sistemático, en privacidad, respetar el pudor del enfermo y por supuesto, dedicar el mayor tiempo al aparato u órgano que se sospeche sea el más afectado, sin dejar de examinar el resto de los sistemas.

  • Investigaciones complementarias. Es deber del médico explicar las investigaciones a realizar y en caso de posibles riesgos pedir su consentimiento. Igualmente al comunicar sus resultados debe cuidar de sus manifestaciones verbales y extra verbales que pueden ocasionar iatrogenia.

  • Información final. El último paso, que no por ser el último deja de ser importante, lo constituye la información al final de la consulta en el paciente ambulatorio y la reunión al alta en el caso del ingresado, donde debe explicarse con detalle cual es el diagnóstico, tratamiento y el seguimiento evolutivo.

En la actualidad la relación médico paciente es muy diferente a la que tenía lugar a principios del siglo XX, donde existían profundos vínculos afectivos entre el médico generalista de aquella época y sus pacientes y familiares, lo cual lo convertía en un verdadero líder en la comunidad donde ejercía.


HABILIDADES DEL MÉDICO: Establecer un clima de empatía. Saber escuchar. Saber observar con atención. Sintonizar el estilo de comunicación y captar su contenido. Adecuar el lenguaje. Dar libertad al entrevistado para que se ingenie en sus expresiones, pero orientar cortésmente cuando comience a divagar. Capacidad para extender la relación a la Familia ya la Comunidad.


TÉCNICA DE LA RELACIÓN MÉDICO – PACIENTE: El médico debe saber escuchar y leer entre líneas las expresiones del paciente, el que frecuentemente esconde un hecho principal o le cuesta mencionarlo. El saber escuchar al paciente significa no solo oír sino interpretar lo que dice. Se trata de un encuentro entre dos personas que deben demostrar interés y respeto entre una y otra sin actitudes paternalistas ni serviles. La toma de decisiones clínicas debe ser de participación mutua. Autonomía del paciente para decidir su destino. Así mismo se utiliza como fuente básica la comunicación

Médico Responsable: Es el responsable último ante el paciente y sus familiares. Informa a este y coordina la labor del equipo asistencial. Evalúa las exploraciones diagnósticas y prescribe el tratamiento.



El Dr. Ricardo González propone diferentes etapas en el curso de la entrevista médica, utilizando como modelo el encuentro en la consulta externa que puede ser extrapolada a cualquier otro sitio donde se realice la primera relación médico-paciente, con las variantes que requiere cada sitio (hospital, hogar, entre otros).1 Estas etapas son las siguientes:

  • Recepción. Esta etapa, no utilizada con frecuencia, alcanza una extraordinaria significación, si se tiene en cuenta la angustia e inseguridad con la cual acude el paciente a este primer encuentro.

  • Identificación. La toma de los datos de identidad conducida hábilmente permiten conocer elementos muy útiles sobre la personalidad del paciente y características sociodemográficas.

  • Interrogatorio. Esta es la etapa más importante de la RMP. El interrogatorio constituye uno de los aspectos más difíciles de la historia clínica y el que requiere más tiempo, capacidad y dedicación. Inicialmente el paciente expresará libremente su sintomatología sin interrumpirlo, salvo que se salga del hilo conductor, y siempre hacerlo con suavidad y delicadeza. En una segunda parte ya corresponde al médico precisar las características de cada síntoma y ordenarlos cronológicamente.


Conclusión:

Una revisión de los distintos aspectos de las relaciones interpersonales con las particularidades específicas que tienen lugar entre el médico, el paciente y familiar y los cambios que ha experimentado esta relación a través del tiempo.

Se definen sus características y clasificación en activa-pasiva, cooperativa guiada y de participación mutua. Se detallan las diferentes etapas y la importancia de cada una de ellas, así como las deficiencias más frecuentes.

Se refleja lo que está ocurriendo en países capitalistas con sistema neoliberal, donde la salud está en manos de empresas privadas y seguros, que convierten los servicios médicos en una forma más de comercio.


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